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Prato della Valle, la plaza elíptica más grande de Europa, sorprende a los visitantes con sus dimensiones y 78 estatuas. Muchos llegan sin preparación, perdiéndose su rica historia y secretos locales mientras recorren sin rumbo su perímetro de 1.5 km. Según encuestas, el 63% de los turistas permanece menos de 30 minutos aquí, ignorando que pisan ruinas romanas o el significado de las estatuas. Sin orientación, podrías quedarte solo con la imagen superficial de esta plaza, patrimonio UNESCO y corazón cultural de Padua durante siglos.

Secretos de las estatuas: descifrando su historia
Las 78 estatuas de Prato della Valle forman el panteón intelectual de Padua, pero muchos turistas pasan de largo sin notarlo. Cada figura cuenta una historia: desde el médico Pietro d'Abano (siglo XIV) hasta el pensador Giovanni Poleni. Los locales saben que el sector sur honra a luminarias de la Universidad, mientras el oeste conmemora dogos venecianos. Detalles clave: Galileo sostiene un telescopio (enseñó aquí) y el anatomista Morgagni sujeta un texto médico. Las mañanas ofrecen la mejor luz para leer inscripciones sin aglomeraciones. El cercano Museo del Precinema exhibe dispositivos ópticos que dieron vida a estos descubrimientos.
Cuándo visitar: fotos perfectas y tranquilidad
El ambiente en Prato della Valle cambia según la hora. Al amanecer, la niebla sobre los canales crea escenas mágicas con pocos visitantes. Hacia las 10am, los grupos ocupan la Isla Memmia, pero los senderos externos siguen tranquilos. A mediodía, los trabajadores locales toman el sol junto a las fuentes, ideal para observar la vida cotidiana. Al atardecer, la luz baña las estatuas del oeste, y en verano los estudiantes se reúnen cerca del kiosco de Café Pedrocchi. Los miércoles por la mañana, el mercado de antigüedades se instala en la plaza, combinando comercio con arquitectura centenaria.
Rincones escondidos y atajos locales
Prato della Valle guarda tesoros conocidos principalmente por los paduanos. La puerta del Orto Botanico, cerca de la Basílica de Santa Giustina, ofrece sombra en días calurosos y acceso al jardín botánico académico más antiguo del mundo. Los locales entran por callejones como Via Belludi, evitando las multitudes. Pocos notan los marcadores de piedra que señalan las gradas de la era romana. Para una perspectiva única, cruza el Ponte San Luca: el reflejo de la plaza en los canales inspiró a pintores venecianos del siglo XVIII. Estos detalles revelan por qué la UNESCO considera este espacio 'un ejemplo excepcional de evolución urbana'.
Cómo combinar tu visita con otros atractivos
Prato della Valle es el punto ideal para explorar otros tesoros de Padua. Al este, conecta con la Basílica de Santa Giustina, que alberga reliquias de San Lucas y obras de Veronés. A 7 minutos al norte están los frescos de Giotto en la Capilla Scrovegni (reserva con hora para evitar colas). Al sur, el animado mercado de Piazza delle Erbe ofrece queso Asiago y prosecco. Con más tiempo, el tranvía #1 (en la esquina suroeste) llega a los jardines de Villa Contarini. Esta conectividad hace de la plaza tanto un destino como el punto de partida perfecto para descubrir Padua.